El secreto prohibido, de Virgínia Navarro y Alexia Martínez

Abril, 1959, ciudad de Alepo 

¿Te ha visto alguien? -me pregunta Zayn cuando asomo la cabeza por la puerta de nuestro refugio. Cuando me adentro al completo en este, le respondo:

He tenido suerte. He podido escabullirme sin ser visto por los guardias. -Seguidamente, me acerco y lo beso en los labios .-Tenemos treinta minutos.

Cuando llego a casa, encuentro a mi familia cenando con Amira, mi futura esposa.

¿Dónde has estado, Khalid? Te hemos estado esperando -me dice mi madre.

Estaba dando un paseo, necesitaba tomar el aire y aclarar mis ideas.

Me dirijo a la cocina y noto cómo Amira viene detrás y me agarra del brazo, obligándome a prestarle atención:

Khalid, tenemos que hablar. Tus padres me han comentado que últimamente desapareces y no vuelves a casa hasta altas horas de la noche. ¿Hay algo que quieras contarme? -pregunta dulcemente.

-Lo que yo haga o deje de hacer no te incumbe. Recuerda que nuestra relación es por conveniencia. Te recomiendo que te vayas a casa y me dejes tranquilo -le respondo cortante y salgo rápidamente de la cocina. Noto sus ganas de rebatirme, pero mi actitud la tira para atrás.

Una semana después, por fin puedo ir al refugio. De camino allí, siento que alguien me sigue pero no le doy importancia. Cuando llego, Zayn ya está allí. No quiero  perder más tiempo, así que me lanzo a sus brazos y empezamos a besarnos lentamente. Mientras le quitaba la camisa, alguien abre la puerta. Cuando me giro me quedo perplejo. Amira está allí, mirándonos con los ojos como platos.

¡No me lo puedo creer, Zayn, creía que eras mi amigo y ahora me entero de que estas viéndote con mi prometido! -exclama ella enfurecida.

Amira, no es lo que parece -aclara Zayn, abrochándose la camisa. 

¿Sabéis el delito que estáis cometiendo? ¡Podríais morir por esto! –grita Amira. –Si el pueblo se entera yo también saldría perjudicada.

Por esa razón, nos beneficiaria a todos que no dijeras nada -intervengo  tratando de no empeorar la situación. 

¿No sería más sencillo que dejarais de veros? -propone Amira esperanzada. 

Estamos enamorados, no podríamos  vivir el uno sin el otro, has de entenderlo -ruega Zayn tomando la mano de Amira. Esta, abatida, acepta no contar nada. 

Julio, 1959, ciudad de Alepo 

Por fin siento que la vida me sonríe. Zayn y yo hemos conseguido mantener nuestra relación a flote sin riesgo de que esta sea descubierta, aunque el comportamiento de Amira ha sido extraño últimamente. Ahora mismo estoy de camino al refugio, me muero por ver a mi amado. Cuando llego, Zayn está sentado en el sofá sin camisa con una sonrisa seductora en los labios. Me acerco, me siento en su regazo, empezamos a besarnos y poco a poco nos deshacemos de nuestra ropa, entonces un sonido proveniente de la puerta nos alerta y nos detenemos. Al girarme, veo a mi padre boquiabierto y con una expresión de furia jamás vista en él: 

¡Sinvergüenza, cómo te atreves a hacernos esto, a hacerle esto a la pobre Amira y encima con otro hombre, eres una deshonra para mi familia y para todo el pueblo, no mereces vivir! -grita mi padre enfurecido. –Ni este pervertido tampoco. ¡Depravado, vicioso,descarado…! -dice, señalando a Zayn.

Basta ya, Padre. No te desquites con él. Yo soy el culpable de todo, deja que se vaya… –dije intentando convencerlo.

Jamás permitiré que este degenerado que ha pervertido a mi hijo salga impune de esta situación. Ambos seréis castigados por este pecado que habéis cometido -concluye mi padre. Cuando vuelve a mirarme, hace un gesto con la cabeza indicándome que volvamos a casa.

 Antes de abandonar el refugio, mi mirada se cruza con la de Zayn en una despedida silenciosa. 

El camino de vuelta es perturbador y pesado. Al llegar a casa, mi padre vuelve a salir por la puerta. Subo a mi habitación y empiezo a llorar desconsoladamente hasta quedarme dormido.

Me despierto de golpe cuando siento un fuerte bofetón en mi cara. Al abrir los ojos, veo el rostro de mi padre. 

Despierta, Khalid. He hablado con el cura, todo el mundo sabe lo que ha pasado. No mereces seguir con vida pero, al fin y al cabo eres mi hijo y tu madre no soportaría perderte. He pagado una gran cantidad de dinero para que el pueblo piense que vas a morir. Pero en realidad, solo te torturaran y serás desterrado de este pueblo -explica mi padre fríamente.  

¿Y qué pasará con Zayn? -preguntó, ignorando la información que me ha comunicado. 

No es mi problema. Será condenado a muerte la semana que viene -exclama mi padre despreocupado. 

¡No! No pienso permitir que lo mateis. Si él muere, yo jamás volveré a ser feliz. Por favor Padre, ten piedad y ayúdalo -le ruego arrodillándome ante él. 

Ya es demasiado tarde, haber pensado antes las consecuencias que tus actos podían causar.

Una semana después

Ha llegado el día en el que nos torturarán a Zayn y a mí. Llevo toda la semana intentando cambiar su condena, pero nada ha funcionado. 

Zayn y yo ya nos encontramos en una espécie de atriles de madera, atados por las muñecas con tiras de cuero.Esta tortura en una especie de espectáculo, por lo tanto hay una gran cantidad de personas observándonos y gritando. El miedo se apodera de mí y me echo a llorar. Luego me giro hacia Zayn. Este me devuelve la mirada y me dice: 

Te quiero, Khalid. No me arrepiento en absoluto de los momentos que hemos pasado juntos. Pero has de prometerme que, a pesar de que no vuelva a estar contigo, serás feliz. Es lo único que me importa.

Zayn, nunca volveré a ser la misma persona sin ti y siento no haber podido… -empiezo a decir justo antes de que la multitud de personas presentes comienzan a gritar. 

¡Khalid Alabi y Zayn Handal! –me giro al oír nuestros nombres.-, para corresponderos con la misma vergüenza y dolor que habéis hecho pasar a nuestro pueblo, recibiréis diez golpes de vara en público, ¡Que vuestras cicatrices os recuerden vuestros pecados! –anuncia el locutor encargado de comentar nuestra tortura. El espectáculo estaba a punto de empezar.

– ¡Uno!

No estaba preparado para el golpe y suelto un grito al sentir el impacto. El ardor aumenta y aumenta hasta que…

-¡Dos! 

-¡Tres!

Empiezo a ver gotas de sangre en el suelo provenientes de Zayn. No lo soporto más. El dolor es horroroso… 

Agosto, 1959, ciudad de Hamah

Despierto sobresaltado. Lo último que recuerdo es la cara de sufrimiento de Zayn y después nada, mi mente está vacía. Entonces miro a mi alrededor y no reconozco el lugar, es una habitación con las paredes blanquecinas, una cama y una mesita donde descansa un carta. La tomo y veo que lleva escrito mi nombre, no me lo pienso dos veces antes de abrirla:

“Khalid, no sé cómo  explicar todo lo que quiero que sepas, pero comenzaré diciendo que lo siento, por todo, porque por mi culpa Zayn está muerto y tú desterrado. Sí, yo sé que tú no estás muerto, escuché como tu padre se lo decía a tu madre. Siento que mis celos causaran esto, jamás te lo dije, pero yo estaba perdidamente enamorada de Zayn desde que lo conocí. Cuando mis padres pasaron a ser gente importante y decidieron que debía casarme contigo, mi corazón se hundió en mi pecho, pero aún me quedaba el consuelo de que Zayn seguiría sin pareja. A él tampoco le dije nada sobre mis sentimientos, pensé que con tenerlo cerca sería suficiente.El dia que os encontré juntos en ese refugio, sentí mucho odio hacia ti, pero cuando Zayn dijo que te amaba, intenté convencerme de que dejarlo ir sería lo mejor, lo intente, pero cada vez que os veía juntos o las miradas que os mandáis, me entristecía aún más y mi odio hacia ti aumentaba. Entonces decidí mandar unas cartas anónimas al pueblo explicando lo que había visto, en la que le mandé a tu padre le puse la dirección de vuestro refugio. Por todo eso me siento miserable y sin fuerzas para seguir con esta culpa en mí, he decidido librarme de esta agonía de la manera más egoísta y cobarde posible. Moriré de la forma que debo hacerlo, sola y desolada , ya no causaré más problemas a nadie. Adiós Khalid, espero que puedas perdonarme algún día . Amira”

De repente la puerta del lugar se abre y la señora que entra a la habitación se sorprende:

Está despierto, gracias a Dios, lleva tres semanas en coma, lo encontramos en la frontera de nuestro pueblo, Hamah, en unas condiciones horribles y no sabíamos si despertaría, le recomiendo que descanse, ahora llamaré al doctor para que le revise -explica ella.

Conmocionado con todo lo que acabo de leer e ignorando lo que la señora ha dicho, intento levantarme, pero al hacerlo mi vista se nubla y caigo en un sueño profundo.