En soledad

Us recomanem la lectura d’aquest text de l’alumna María de Manuel, de tercer d’ESO, en el qual descriu el que veu des de la seva finestra i les sensacions que això li fa sentir. L’ha fet per a l’assignatura de Llengua castellana.

EN SOLEDAD

Me asomé a mi modesto balcón para observar otro día igual que se devanecía lánguidamente.

El cielo gris y profundo reinaba encima de una ciudad quieta, en pausa. La calle estaba prácticamente desierta, con la  presencia de las pocas gotas de lluvia que caían al suelo con suavidad. Un señor, de cincuenta y tantos, era el único que se veía en varias manzanas. Vestido con unos modestos pantalones color marrón y una camiseta a cuadros, empujaba un carro de la compra un tanto viejo pero servible. Protegido con una mascarilla color azul y unos blancos guantes, caminaba a paso rápido por la calle sin vida. 

Se podían escuchar los pequeños pájaros cantando, volando inocentes, escuchándose mucho mejor que los poquísimos coches que se atrevían a circular. Allí, en las altas casas de enfrente, vislumbré un bonita pancarta. Estaba un poco desgastada por el viento, frío y lluvia de estos días, pero seguía manteniendo el mismo ecanto del primer día en que estaba hecha. Un bonito arcoiris estaba dibujado en ella, dando ánimos a quienquiera que la viera.

Eché un vistazo a las montañas, que se asomaban más tímidas que nunca en el horizonte. Parecían más quietas que de costumbre. Sobre ellas, también se podían observar unos diminutos puntitos blancos: más pájaros, que volaban sin tener conciencia del problema.

Llevé mi vista más allá de las casas de enfrente y vislumbré ya las primeras luces en la modesta ciudad: advertían que se acercaba la fría noche. En algunas, se podía ver el movimiento presente en su interior. Otro día más que llegaba a su fin. Otro día menos para que todo acabara.