PREMIS SANT JORDI 2020 – LLENGUA CASTELLANA – PROSA

Alexia Martínez – Mi mejor amigo

Salimos por la ventana sin hacer ruido y con mucho cuidado, cuando pisamos el suelo, aún con la oscuridad de la noche corremos y corremos para alejarnos de ese horrible lugar donde estábamos metidos y tanto habíamos sufrido. Finalmente llegamos a una parada de autobús que parece segura para pasar la noche, allí, nos tumbamos en el banco y nos quedamos dormidos.

Al despertar Paul, mi mejor amigo, me pregunta que qué es lo que vamos a hacer a partir de ahora y yo le respondo:

-No te preocupes, tengo un plan, cogí dinero del cajón del despacho principal, con eso podremos coger un tren y nos iremos lejos para que nadie nos vuelva a hacer nada. ¿Vale?- 

Él asiente con la cabeza y ponemos el plan en marcha, nos dirigimos a la parada de tren más cercana que hay, por suerte conocemos la ciudad, ya que los dos nos criamos aquí. Al llegar, el taquillero nos mira extraño, pero al mostrarle todo el dinero que tenemos nos sonríe y nos pregunta que a dónde queremos ir. Paul me hace la misma pregunta y yo le respondo:

-Siempre he querido ir a la playa, podemos ir allí y después seguir hacia otro lado-

Paul asiente y le pide al taquillero dos tickets para ir a la playa. El taquillero nos los da y nos desea un buen viaje. Una hora y treinta y siete minutos más tarde Paul y yo nos encontramos sentados en la suave arena de la playa, en realidad no veníamos preparados pero nos metemos en el agua en calzoncillos y lo pasamos genial jugando. Nunca habíamos venido a la playa, siempre hemos estado encerrados allí, un lugar tan feo y desagradable que me entran escalofríos de solo pensar en él. Paul y yo nos conocemos desde los ocho años y nos hicimos inseparables desde entonces, solo nos teníamos el uno al otro, a Paul lo dejaron allí con seis años según le dijeron, y a mí nunca han querido decirme como llegue a ese lugar pero ahora, con 12 años, por fin somos libres. Los dos nos quedamos dormidos en la arena, después de comernos el sándwich que Paul compró con un poco del dinero que todavía teníamos. Me despierto sobresaltado por los gritos que se escuchan, al fijarme a qué se debe eso, veo a Paul siendo arrastrado por un hombre vestido de blanco, al ver como este se resiste, el hombre le inyecta algo en el brazo y desde ahí todo en mi mente se nubla y ya no veo nada más.

Abro los ojos y me encuentro con mi fea habitación, no pensé que esta vez nos cogieran tan rápido, espero que Paul este bien, cuando me fijo bien veo que él está en la otra cama y la Dra.Minas, nuestra psicóloga, le está diciendo algo, agudizo el oído y lo oigo:

-Paul, Mario no es real, ya hemos hablado de esto, no tienes que hacerle caso, todo está en tu mente, recuerda que puedes salir herido si escuchas lo que te dice- 

Paul me mira y yo niego diciéndole:

-Yo soy real Paul, ellos solo nos quieren separar para controlarnos y que hagamos lo que ellos quieran-

Paul asiente y grita:

-Mario es real, déjeme en paz, él es mi único amigo y el único que siempre ha estado para mí- 

Él empieza a revolverse bruscamente y la doctora intenta tranquilizarlo, al no conseguirlo, esta le seda haciendo que ambos caigamos en un sueño profundo.