PREMIS SANT JORDI 2020 – LLENGUA CASTELLANA – PROSA

Héctor Carmona – El gran descubrimiento

Nos encontramos en el año 1951 en la comarca del  Montsià. En una fértil y extensa  granja, rodeada enteramente de campos de cultivo y de verdes prados y  alejada de toda civilización, vivía un campesino llamado Joan. 

Un día, mientras Joan trabajaba en el campo, encontró un cofre; pero como no podía abrirlo,  pensó en acudir a uno de los mejores  científicos del mundo. Al no conocer a ninguno, se conformó con llamar a su hermano que también era científico. Sólo había un problema y era que su hermano  no vivía con él; sino que vivía en la ciudad. Y así es como Joan emprendió su viaje.

Por lo que sabía de la ciudad, era muy grande, ruidosa y de calles serpenteantes. Lo único que Joan consideraba bueno era que había un pequeño puerto en frente de un mar cristalino.

Después de un largo camino, Joan consigue llegar a la ciudad. Nada más llegar, llamó a su hermano para que le viniera a buscar, y, en pocos minutos, llegó un coche negro con su hermano Narcís dentro, éste le dijo:

-Venga, sube.¿ A qué debo el honor de tu visita?

Entonces, Joan subió al coche y le enseñó a su hermano el cofre. En ese momento, Narcís se sorprendió muchísimo dado que nunca había visto ese tipo de cofre y, ansioso se lo llevó al laboratorio para abrirlo.

Narcís llevó a Joan a su gran y lujosa casa. Joan siguió a Narcís hasta una habitación subterránea con salida al mar y con cientos de estanterías repletas de muchos libros, esto era, el laboratorio de Narcís.

Una vez en su laboratorio, Narcís logró abrir con facilidad el cofre gracias a un curso de forzar cerraduras (ya que el de cocina no le servía), y,  una vez abierto, comprobaron que en su interior había un extraño manuscrito. Al desenrollarlo, se dieron cuenta de  que parecía un manual de instrucciones. Tenía dibujos y unos símbolos extraños que estaban en un idioma el cual Narcís no entendía y por eso se puso a investigar en muchos  libros para poder descifrarlo.

Narcís probó con todo tipo de lengua conocida hasta que, por error, Joan activó el modo ultravioleta de las lámparas y así se pudo ver que entre líneas aparecía un texto.

Está escrita en inglés antiguo ,dijo Narcís, un idioma que éste entendía a la perfección.

Después de un intenso rato de lectura, Narcís afirmó que, en efecto, eran unas instrucciones; pero de algo que jamás se había construido: una máquina que al parecer  podía sumergirse en el agua y navegar por ella, como un barco pero subacuático.

Narcís empezó a construir el artefacto siguiendo las instrucciones del manuscrito. 

Pasó un año y los hermanos habían construido la mitad de la embarcación. Era alargada y de mecanismo muy complejo, pero éstos  no se rindieron porque sabían que al final, daría resultados.

Después de dos años de  duro trabajo, ya tenían el artefacto acabado al cual Narcís bautizó como “El Sumergidor”. Narcís estaba ansioso por probar  “El Sumergidor”, pero nunca encontraba el momento adecuado, hasta que de repente, avisaron por radio que un barco se hundía. ¡Esa era la oportunidad que estaban esperado!! 

Narcís y Joan, sin pensarselo dos veces, cogieron su nueva embarcación y fueron raudos y veloces a rescatar a la tripulación del barco.

Los marineros, sabían que ningún barco era lo bastante rápido como para venir a ayudarlos y empezaron a resignarse a su suerte. Cuando creían que todo estaba perdido, emergió de entre las profundidades lo que ellos creían una gran ballena; pero que en realidad era el sumergible de Narcís.

-No os preocupéis hemos venido a salvaros. Rápido, cogeos de las cuerdas que os hemos lanzado y subid a bordo.

De vuelta al laboratorio, los marineros se ofrecieron a conducir el sumergidor ya que Narcís y Joan no eran muy buenos navegantes. 

Una vez en tierra, los marineros les dieron las gracias por salvarles la vida y Narcís  les preguntó si querían convertirse en sus ayudantes para conducir el sumergidor y así explorar las profundidades del mar. Esta propuesta también se la ofreció a Joan, pero éste la rechazó. Una vida de aventuras era demasiado intensa para Joan y también quería volver a su granja, con sus campos de cultivo y sus animales.

-Gracias Narcís, pero prefiero volver a mi vida en el campo.

Y se despidieron con un afectuoso abrazo.

Después de esto, Joan volvió a su granja y Narcís siguió investigando las profundidades del mar.

Pasó el tiempo, y una mañana, mientras Joan labraba el campo, haciendo una zanja con su azada de repente golpeó algo. 

-¡Vaya, seguro que es una piedra!

 Se agachó y desenterró aquella cosa llena de tierra que resultó ser otro cofre.

-¡Oh no, otro cofre nooooooooooo!