Ruta literària

El passat dia 6 de març, vam montar amb les alumnes de literatura universal una ruta per Mollet en relació al dia 8 de març. En aquesta ruta vam passar per tres edificis, en els quals les dones han tingut un paper rellevant – Lestonnac, CC Joana Barcala, Ass. de Dones i la Marineta-. També vam passar per alguns dels onze carrers i places que hi ha a Mollet amb nom de dona. Vam explicar la vida d’aquestes persones i també vam comentar algun text en relació a les seves històries. Agraïm molt la col.laboració de Jordi Duran, Asun i Lola, així com la de les institucions que ells mateixos representen (Ajuntament de Mollet, Lestonnac i Ass. de dones).

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Tomar la palabra

Els alumnes de 4t d’ESO han estat treballant les frases fetes a l’assignatura de llengua castellana i han fet escrits a partir d’algunes d’elles, però no agafant-les en sentit figurat, sinó en sentit literal. Llegiu per veure quines coses se’ls acudeixen!

  • COSTAR UN OJO DE LA CARA

– Buenas tardes, señor, ¿puedo ayudarle en algo?

– Me gustaría comprarle a mi pareja una de vuestras mejores joyas. Quizá un brazalete o unos pendientes. ¿Podría enseñarme lo que tiene?

– ¡Por supuesto! Este par de bandejas contienen joyas de oro blanco macizo; las de la bandeja derecha cuestan una oreja y las de la izquierda, un dedo.

– De acuerdo… Me gustan mucho estos pendientes, pero ya perdí hace meses un dedo, me gustaría conservar el resto. ¿Hay alguna otra opción de pago?

– Bueno, como es un fiel cliente, quizá podría pagarnos con su ojo. ¿Qué le parece?

– Lo prefiero así, póngame esos pendientes para regalo.

ÈLIA OLIVA – 4B ESO

  • METER ALGO POR LOS OJOS

Cuando el profesor de matemáticas insistía en que explicaba bien, aunque no era cierto, decidió meter sus propios apuntes por los ojos de una alumna, pero no lo consiguió; por eso, escogió a otro alumno.

Al final, el pobre niño fue ingresado en el hospital, el profesor fue expulsado y los alumnos festejaron su expulsión.

KAWTAR AL YAZNASNI – 4C ESO

  • CALENTARLE LA CABEZA A ALGUIEN

Sergio era un dentista que tenía un fetiche con las cabezas. Tenía un paciente con una cabeza especialmente grande. Sergio soñaba con calentarle la cabeza, solía pensar en diferentes métodos: con estufas, metiéndolo en un horno, en el microondas, en la barbacoa… 

Un día, el paciente llegó a la consulta para la revisión de los brackets. A él le dolía la cabeza; por lo tanto, se había tomado una aspirina. Sergio empezó a poner estufas alrededor de la cabeza. Se calentó tanto que explotó. El paciente murió.

NAIARA BLANCO – 4B ESO

  • CALENTARLE A ALGUIEN LA CABEZA

Cuando Ana llegó a su casa, le explicó su intenso día a su padre. Él, harto de escuchar, le dijo que dejase de calentarle la cabeza. Ana se ofendió porque según ella no le estaba ni tocando y no entendía cómo se le podía estar calentando la cabeza. Finalmente, el padre no podía parar de reír.

ARIANNA ALCALDE – 4C ESO

  • COSTAR UN OJO DE LA CARA

Juan esperaba con ansia el día de las rebajas. El motivo era muy simple: hacía mucho tiempo que quería un móvil, pero este era muy caro, carísimo, y él podía ir tirando con el que tenía. Días más tarde, se le rompió. Como era un hombre muy atareado, se le pasó el gran día, pero decidió comprárselo igual. Acto seguido, se quedó ciego.  

ARIANNA ALCALDE – 4C ESO

  • TENER LA CABEZA LLENA DE PÁJAROS

Y ahí me encontraba yo, por muy ocurrente que pueda sonar, tenía mi cabeza llena de pájaros. Estaba sentado en un banco de un parque y de pronto ocurrió. Algo bastante extraño, por cierto: llegaron los pájaros sin ningún motivo. Muchas de las personas de mi alrededor pensarían que me atacaban o, todo lo contrario, que era el nuevo domador de aves. Pero realmente no era ninguna de las dos cosas: antes de ir a ese parque había caído comida de pájaros sobre mi cabeza, creí haberlo quitado todo, pero, como podemos observar, me equivoqué: aun había comida de pájaros sobre mí.

DENISSE MONCAYO – 4C ESO

  • COSTAR UN OJO DE LA CARA

Iago pagó su nuevo coche, aunque le costó un ojo de la cara. El señor del concesionario estuvo a punto de rechazar el ojo porque tenía mucha sangre, pero finalmente lo limpió y Iago se pudo llevar su Seat Ibiza. Al faltarle un ojo, le costaba conducir, aunque finalmente consiguió llegar a casa sano y salvo, pero con un ojo menos.

ARNAU VICENTE – 4B ESO