Cuentos de princesas

Los alumnos de primer curso de ESO, en la asignatura de lengua castellana, han escrito un cuento de princesas. Aquí tenéis una muestra.

Había una vez una princesa que vivía en una caseta. Era hermosa y siempre había soñado tener una casa muy grande. Ella no sabía que era princesa. Vivía con su abuela.

Un día salió al bosque para coger setas, flores y todo tipo de frutas para su abuela. Llegó la noche y empezó a llover muy fuerte. Encontró una cueva donde refugiarse. Cuando llovía un poco menos, salió para ver si encontraba un buen refugio. Un camino se iluminó. Ella lo siguió, y se encontró en un castillo enorme. Entró y vio a un príncipe que se enamoró de ella. Él la conocía pero ella a él no. La conocía porque era la princesa desaparecida. El príncipe llamó a sus padres y les contó que ella estaba allí. Él la tomó como esposa. Ella dijo que sí. Y los dos vivieron felices.

 

Alejandra Santolaria

1r B  ESO

 

 

UNA ESPOSA PARA EL REY

 

Había una vez en Villafeliz, un rey y una reina que buscaban una esposa para su hijo, el príncipe Ernesto. Un día, decidieron reunir a todas las chicas más jóvenes de Villafeliz (incluyendo las más pobres) para hacer una elección. Estas tenían que superar dos pruebas: el rey decidió llamarlas Chicaolimpiadas. Las Chicaolimpiadas empezaron al día siguiente. En la primera prueba ganó Yasmin, la chica más deportista del pueblo, y también una de las más ricas. En la segunda prueba ganó Matilda, la chica más bella, tímida y pobre de Villafeliz. Como el príncipe Ernesto no quería dos esposas, decidió hacer una final: la joven que se mostrara más sincera con él, ganaría las Chicaolimpiadas. Como era supuesto, ganó Matilda. Más adelante descubrieron que Matilda tenía una mancha de nacimiento detrás de la oreja derecha, donde todas las princesas tenían una… Eso significaba que Matilda era una auténtica princesa desde el principio ¡y nadie lo sabía! Al final, la princesa Matilde y el príncipe Ernesto se casaron y fueron felices para siempre.

FIN

Júlia Adalid

1r A ESO

 

 

EL NIÑO Y LA TABLA


Erase una vez un niño al que le gustaba mucho el surf. Él vivía en una humilde cabaña de playa con su familia. Una noche antes de dormir, decidió intentar fabricarse una tabla de surf con arena, aunque él sabía que iba a ser complicado.
Lo intentó durante un tiempo, hasta que se durmió y, sin él quererlo, se durmió encima de la tabla que había construido. Al día siguiente se despertó sobre algo duro. Miró qué era y….  ¡Se convirtió en una tabla de surf! Los padres y él se sorprendieron mucho y vivieron felices y comieron perdices.

 

Miguel Soler

1r B ESO




LA MAYORDOMA QUE SE CASÓ CON UN PRÍNCIPE

 

Había una vez un príncipe que buscaba la mujer más guapa del reino. Pero su padre quería que la eligiese ya. Así que trajo a muchas princesas para que eligiera alguna. La mayordoma observaba de cerca, era muy fea estaba llena de arrugas y verrugas. La mayordoma, que tenía la misma edad que el príncipe, deseaba casarse con el príncipe pero no era posible ya que ella era muy fea y además no era princesa. De repente se chocó con una columna y se desmayó y cuando despertó estaba en el hospital con una venda en la cara. Cuando le quitaron la venda el médico se quedó con la boca abierta. Ella no comprendió lo que pasaba. Así que volvió a palacio, se vio reflejada en el suelo. Entonces se dio cuenta de que era guapísima y se hizo pasar por princesa. El príncipe le eligió como esposa y se casaron y tuvieron hijos.

Fin

 

Àlex Alfaro

1r A ESO

 

 

Había una vez un entrenador de tenis que estaba desesperado por coger a un niño para poder entrenar y ayudarle a jugar a tenis. El pobre entrenador recorrió ciudades, pueblos, ríos, montes, aldeas…Pero no consiguió encontrar a nadie de su estilo. Una noche fría y lluviosa alguien picó a la puerta un par de veces, ese niño tenía unos grandes brazos, lo suficientemente fortalecidos para poder entrenar con el entrenador. El entrenador preguntó que le pasaba, el niño se perdió y no sabía donde ir y pensó en acudir ayuda a la casa mas cercana que encontrase. El entrenador antes de que el niño se fuera a dormir cogió una de sus pelotas de tenis y la puso debajo de 26 colchones. El niño se preguntó por que había tantos colchones pero no tuvo valor a preguntárselo a el entrenador. A la mañana siguiente el niño con cara amarga dijo un ”buenos días”, lo primero que el entrenador le contestó fue que cómo había dormido esa noche, el niño no se cortó ni un pelo… dijo que había algo en el colchón que le MOLESTABA. El entrenador sin perder un segundo giró la cabeza y contestó ”Genial, tú eres ese niño que estaba buscando hace tiempo”. El niño se quedó sorprendido, ¡Él solo le había dicho que había dormido mal!, rondaba por su cabeza. El entrenador le contó su historia, todo lo que había recorrido, el niño lo entendió y decidió aprender tenis junto a él.

 

Ivan Navarro

1r A ESO

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