Un cuento de misterio

EL CONDE MUN

En un pueblo pequeñito cerca de Londres, llamado Kirfistan, un grupo de amigos se reunieron para ir a una gran fiesta que celebraba el Conde Mun. El Conde Mun era un joven millonario que se había ido a vivir al pueblo y que tenía fama de galán, aventurero y misterioso. El grupo de amigos, Alex, Claudio, Paula y Marta estaban muy nerviosos, felices e ilusionados por poder asistir a esa gran fiesta y relacionarse con gran parte de los millonarios del pueblo y sus alrededores. Cuando llegaron a la casa, todo era lujo y alegría, la música sonaba fuertemente y las risas y las voces de los invitados sonaban como música de acompañamiento. Bebieron, rieron y hablaron con toda aquella gente, incluso el Conde se les acercó para saludarlos. El Conde era un joven muy apuesto, alto y delgado con unos rasgos muy marcados, su sonrisa era peculiar y a veces daba un poco de miedo. Eran las doce de la noche cuando todos se sentaron en el salón, al lado de la chimenea, escuchando las historias de miedo que el joven Conde muy animado explicaba.

 Llegó la hora de volver a casa, los cuatro amigos decidieron marchar caminando atravesando el bosque que separaba la mansión del pueblo. Era una noche estrellada, la luna llena reflejaba el camino por el cual iban pasando. A medida que entraban al bosque, los cuatro iban callándose y mirándose uno al otro, el miedo iba creciendo en ellos. El camino cada vez se hacía más largo y parecía que no tenía fin. Llegaron a un viejo monasterio abandonado, tenía los cristales rotos y el tejado estaba medio derruido. Decidieron entrar porque estaban muy cansados, cuando de repente escucharon un ruido fuera, como de alguien corriendo con tanta rapidez que las hojas de los árboles se movían de un lado a otro y producían un sonido seco y chirriante. Todos se levantaron y empezaron  a tapar las puertas y los huecos que aquel edificio derruido tenia. Alexcuento2vigilaba por la ventana intentado buscar una explicación a todo ello, de repente vio una sombra moverse en la oscuridad, y empezó a llamar a Claudio, pero éste no contesto. Alex, Paula y Marta se miraron muy asustados, sospechaban lo peor. De repente, vieron por la ventana a Claudio acercarse a una cosa, una cosa enorme y de figura irregular, no sabían qué era pero estaban muy preocupados por él. ¡Era un lobo!, un lobo enorme, que producía un sonido estridente. Ese enorme lobo cogió a Claudio y desapareció de entre los árboles. Paula y Marta no sabían qué hacer ni como consolar a Alex de la pérdida de su mejor amigo. Los llantos eran cada vez más fuertes, y el miedo era cada vez más abrumador….¿Qué estaba pasando?

 Finalmente, el Conde Mun, se levantó de su gran sillón, con esa elegancia que le caracterizaba y muy amablemente dio por finalizada la noche. Aquellas historias que nos había explicado nos habían cautivado a todos, eran tan reales como la vida misma. Fue una noche inolvidable para todos, y a la vez, bastante extraña, porque esa noche fue la última noche que vimos a nuestro amigo Claudio.

Oriol Bonilla. 3r. ESO B

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